En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.

En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno. (Konrad Adenauer)

sábado, 28 de mayo de 2011

PRIMARY COLORS


Confieso con pena que una de las dos aficiones de las que la larga y trabajosa campaña electoral me ha apartado es la del cine. Este fin de semana quiero aprovechar y retomarla. No obstante, he rescatado algunos viejos DVDs y he vuelto a ver alguna película antigua que tenía. Entre ellas se encuentra Primary Colors, una amable recreación de los detalles y los entresijos de la carrera electoral americana, en sus elecciones primarias dentro del partido demócrata, donde el márketing manda y el escándalo es el principal enemigo. En plena campaña, un escándalo sexual salpica al senador Stanton (remedo de Clinton), lo que obliga a su familia y a todo su equipo a cerrar filas en torno a él. La mojigata sociedad americana no puede soportar que la moral privada, los asuntos de faldas, salpiquen la "intachable" trayectoria de quien aspira a sentarse en el despacho oval. Pero traigo a colación esa película precisamente porque lo que si está asentado en aquella sociedad, en aquel régimen político, es que las bases electorales, los afiliados o votantes que se apuntan como tales, son los que tienen en sus manos decidir quien les va a representar ante el electorado como la mejor oferta para presidir su país.

Sin embargo, en España, en los grandes partidos no pueden prosperar los mejores, aquellos que los militantes ven más preparados y en consecuencia apoyan, sino los que mejor medran, los que tienen el colmillo más afilado, en un entramado en el que la maniobra interna, la sumisión sin crítica y la adulación a la dirección son las mejores armas para subir, mejor dicho, para que te asciendan. No es de extrañar, por tanto, que se hayan marchado de la política (nacional, regional, hasta local) personas de valía ajenos en absoluto, o incluso detractores, de este sistema.


Así se han ido marchando de la política tantos y tantos talentos que ahora se echan de menos en la vida pública.
Ahora de nuevo, el PSOE rescata en manido tema de las elecciones primarias. Lo hace conocedor de que la asusencia de democracia es uno de los elementos que separan cada vez más a los partidos de los ciudadanos. Pero lo hace dando un color de primarias, un barniz de elección por parte de los afiliados, a una decisión ya tomada, anunciada a bombo y platillo, en la que se ha descabalgado a quien podía plantar cara al candidato del sistema, del aparato.


Pero lo que no deja de tener gracia es que el PP bautice dicha práctica como "dedazo". Debe ser por que la conoce muy bien. Ellos, al menos, no maquillan las decisiones autoritarias y hereditarias. No le dan color de primarias.

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