A través de los medios de
comunicación he tenido conocimiento de que el
portavoz de UPyD en Andalucía, Martín de la Herrán, y el coordinador local de
UPyD en Cádiz, Felipe Marín, presentarán hoy viernes una denuncia en la
Fiscalía provincial de Cádiz sobre el posible uso irregular de tarjetas en la
Universidad de Cádiz. En el perfil público de político del coordinador
territorial en Facebook, éste dice literalmente “Denunciamos gastos con
tarjetas ‘black’ de la Universidad de Cádiz”.
De todos es conocido mi
militancia en UPyD y que en la misma he ocupado el cargo de coordinador local
de Cádiz desde los años 2008 a 2014 (febrero). Desde que dejé el puesto ninguna
de las actuaciones tanto a nivel local o concernientes a otros ámbitos pero con
repercusión en Cádiz me han sido comunicadas previamente ni se me ha pedido
opinión previa (al igual que al resto de afiliados) por lo que son
responsabilidad exclusiva de los cargos que la emiten. Obviamente, en este caso ha ocurrido lo mismo.
Hago esta aclaración previa porque
quiero manifestar públicamente mi desacuerdo con las actuaciones expresadas de
los dos cargos de mi partido en relación a este asunto. Considero que la finalidad de un partido político serio no debe ser ir
donde están las cámaras y focos para intentar salir haciendo y diciendo lo
primero que se me ocurra, sin contrastar ni tener otro elemento de juicio que
unos recortes de prensa que, supongo, es lo que hoy llevarán al Fiscal el
abogado de la Herrán y el hostelero Marín. Evidentemente es de todos conocido
el escándalo mediático producido por este tema y el hecho de que haya tantos
medios detrás hace que algunos pretendan chupar cámara o buscar un minuto
mediático de gloria ante todo lo que se menee. No estoy de acuerdo con esa
forma de hacerlo y lo manifiesto en uso de mi derecho a discrepar.
Todos saben
también que soy empleado de la UCA. Por ello me siento
profundamente consternado ante los hechos dados a conocer en las publicaciones
citadas que dañan profundamente la imagen de la universidad gaditana y que, en
consecuencia, trasladan a la sociedad y a la opinión pública la posible
práctica de actuaciones por parte de cargos de la UCA deplorables ética y
moralmente. Todo ello, redundando aún más, en una época en la que la crisis
económica sacude a la sociedad en su conjunto, a las administraciones en
general con los recortes y a las universidades españolas en particular.
No pongo en duda que, como
ha afirmado el actual equipo de dirección de la UCA, los gastos citados hayan contado en todo momento con un procedimiento de
contabilidad y control en relación con este tipo de tarjetas, que no son opacas
o “black” como dice el Coordinador regional de UPyD, al ser un instrumento de
pago con justificación de gasto, sometido siempre al procedimiento ordinario de
control establecido para su uso. Tengo claro que un altísimo porcentaje de los
gastos realizados por el citado medio tienen una justificación correspondiente
con actuaciones propias al normal funcionamiento de los servicios que la
universidad presta.
Y también tengo claro que la sociedad en su conjunto requiere de
explicaciones menos técnicas o genéricas y que, al conocerse al detalle gastos
difícilmente explicables en una gestión de recursos eficaz, eficiente y falta
del uso indebido por sus gestores, deben ser lo más claras y detalladas de
todos y cada uno de los mismos así como de su finalidad. El Consejo
de Gobierno de la Universidad aprobó el pasado martes que se realizara el
análisis pormenorizado de la aplicación de los gastos efectuados con tarjeta
visa por el anterior equipo de dirección durante el período 2007-2011. Este
análisis se llevará a cabo sobre los documentos que justificaron dichos pagos e
importes, que se encuentran disponibles en las unidades responsables como
consecuencia de la aplicación del procedimiento establecido para su
contabilidad y control.
Considero que, si del conocimiento de dicha información se desprendiera
que hay gastos inexplicables o que nacen de la mera voluntad del responsable
del gasto pero que exceden del normal ejercicio de dicho cargo, la universidad
debería requerirles a que reintegren dicho importe.
Como decía antes,
un partido serio que considera que hay que regenerar la vida política de un
país no puede ir al albur de unos titulares, por mucho ruido que produzcan y mucha notoriedad que pueda dar a quien se ponga detrás buscando rédito político, sin
analizar ni contrastar informaciones. Y si los responsables de dichas actuaciones son los responsables del partido del carnet que llevo en mi cartera, yo no puedo permanecer callado.Así no, Martín y Felipe.