En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.

En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno. (Konrad Adenauer)

viernes, 20 de marzo de 2015

LOS CIUDADANOS ME HAN CONVENCIDO




Este blog lo empecé a escribir allá a finales del 2008. Había iniciado, como persona que nunca se ha dedicado profesionalmente a la política ni nunca ha aspirado a ello, una andadura ilusionante con un proyecto político regenerador del que me he desligado recientemente como ya he explicado. El nombre de este blog (Con los ciudadanos de Cádiz sí) nació precisamente de esa concepción de que la clase política debe contar con los ciudadanos, con los que no aspiran más que a tener unos dirigentes políticos sensatos, que no estorben, que no metan la mano en las arcas públicas, que, sin complejos ,  hagan lo que el sentido común impera para la mejora de la vida de los que le pagan por estar ahí. 

Como decían recientemente dos articulistas en Diario de Cádiz, en Unos ciudadanos con Ciudadanos, necesitamos “un Gobierno que en lugar de usar nuestro dinero para colocar a sus amigos, lo utilice para incentivar el emprendimiento, la innovación y la actividad de la sociedad civil. Un Gobierno que se concentre en la educación y la sanidad, las dos herramientas esenciales de un Estado social que se precie. Un Gobierno que sea capaz de gestionar los muchos recursos que la Unión Europea proporciona a la Junta de Andalucía, sin dilapidarlos en cursos fantasmas o devolviéndolos a la Unión.   sino desde la sensatez de quien es consciente de que la primera regla de todo gobierno es no estorbar la labor de los ciudadanos, que somos los que realmente hacemos progresar a un país.

Soy de los convencidos de que una tercera vía es necesaria en este país y creo que la mejor opción en este momento la representa el partido Ciudadanos al que pienso apoyar y votar el próximo día 22 de marzo.

domingo, 8 de marzo de 2015

POR TODO Y POR NADA



Para algunos de los lectores de este blog ya será conocida mi baja como afiliado de UPyD, partido en el que he militado desde el año 2008 hasta el pasado 28 de febrero, día en que formalicé la misma. Lo he anunciado en redes sociales copiando el lacónico mensaje que me transmite el partido como despedida agradeciéndome “el apoyo prestado”. No es mucho. Tampoco esperaba más. Sé que haber sido el responsable de la implantación del partido en la ciudad de Cádiz, su candidato a la alcaldía y a las elecciones generales en 2011, poniendo la cara en los carteles a riesgo de que se la partieran, y defensor, allí donde tuviera oportunidad, de las ideas del Manifiesto Fundacional del partido de Rosa Díez, no da para mucho, supongo que pensarán en el partido que dejo. En este blog que empecé en el año 2009 pueden hacer un recorrido a hitos de mi paso por el partido magenta. Me quedo con las muestras de afecto de muchos compañeros (y algunos hasta amigos) que quedan en el partido.
Y también me llevo algunas insidias y descalificaciones de sicarios del aparato del partido que se han apresurado a ladrar contra mi y contra mis abyectas maquinaciones y/o maniobras para medrar en otras formaciones políticas. Que pena de ellos. Recibirán el mismo agradecimiento por “el apoyo prestado” cuando se liquide por inanición el proyecto en el que, la mayoría de los más virulentos contra mi, ya están apesebrando o con expectativas de conseguir alguna mamandurria en próximas citas electorales.


No le debo ninguna explicación a nadie. Mucha gente me pregunta porqué me he ido del partido y me veo obligado a hacerlo. Más que nada por honestidad conmigo mismo y por aquellas personas y ciudadanos que si se han acercado al partido y a sus ideas ha sido a través mía.

Cuando entré en UPyD me atrajo, en aquel momento, el aire fresco que desprendía un partido nuevo , con una líder que había demostrado valentía y ganas de encabezar un proyecto auspiciado por un buen número de intelectuales en un proyecto que pretendía regenerar la vida política española tan degradada por los partidos tradicionales.

Hoy, tras la decisión tomada, siento nostalgia y pesar. Queda atrás mucho tiempo, esfuerzo, dinero, dedicado. Pero me voy. Por todo y por nada.

Podía haberme ido cuando el grupo de personas que colaboraba conmigo en Cádiz se dedicó a montar una operación para, dando codazos y a traición, descabezarme apoyado por un clan familiar de afiliados, a mis espaldas y mientras yo me esforzaba por hacer visible a UPyD en la ciudad, contactando con ciudadanos, con colectivos, haciéndome un lugar en los medios locales, etc. Ese clan familiar compuesto por los 4 o 5 miembros del actual Comité junto a 12 familiares que fueron afiliando poco a poco tiene controlada la Asamblea local en la que no vota más de una treintena de militantes y así pueden repartirse las elecciones primarias en la que una apoya a otro para candidato a las locales a cambio del apoyo del otro para las autonómicas, generales, etc. Todo muy democrático y regenerador. Mientras, los afiliados van saliendo desencantados porque no soportan la escasa participación que pueden tener y ante la mediocridad que queda en la agrupación local. Pero no me fui. Seguía creyendo en el proyecto a pesar de sentirme defraudado por este grupo.

Podía haberme ido cuando el Coordinador regional en Andalucía del partido, que promovimos para poder auspiciar una regeneración del partido en Andalucía, allá por el año 2011, traicionó los postulados de los que le apoyamos, plegado a las directrices de la dirección nacional que le imponía una organización del partido en la región que mantenía precisamente lo que quisimos cambiar. Pero no me fui. Creí que lo que representaba el partido estaba por encima de estas actitudes.

Podía haberme ido cuando, el año pasado, nuestro eurodiputado Sosa Wagner defendió, tras las elecciones europeas, el necesario acercamiento a un partido que propugna nuestros mismos postulados, Ciudadanos, que además forma parte de la misma agrupación europea en que estamos integrados, ALDE. Sosa Wagner fue lapidado y maltratado viéndose forzado a irse del partido dejando su escaño. Tampoco me fui. Pensaba que que la lucha por conseguir ese espacio común con Ciudadanos aún estaba abierta y, desde dentro, había que trabajar por ello.

Podía haberme ido cuando, siguiendo la estela iniciada por el partido, convirtiéndonos en la marca blanca de Manos Limpias, nos querellamos y vamos a los tribunales contra todo lo que se menea y por ello el Coordinador Regional presentó una denuncia en la Fiscalía provincial de Cádiz sobre el posible uso irregular de tarjetas en la Universidad de Cádiz con el único fin de salir en los medios nacionales. Ya dije en su momento que regenerar la vida política de un país no puede ir al albur de unos titulares, por mucho ruido que produzcan y mucha notoriedad que pueda dar a quien se ponga detrás buscando rédito político, sin analizar ni contrastar informaciones. Tampoco me fui porque esperaba algún cambio de actitud en el partido que no llegó.

Asisto con tristeza, en los últimos tiempos, al linchamiento interno de todo aquél que se mueve por cambiar las cosas en el partido. Alguien del mismo a quien aprecio profundamente me dijo no hace mucho que en Madrid opinaban que yo no era de fiar. Que no era bueno tener gente crítica. Que lo necesario, supongo, para este partido es gente mediocre, sin capacidad de discernir más allá del interés a corto plazo y que sea un palmero de las genialidades que emanan desde los tres o cuatro cerebros pensantes que dirigen el partido a la deriva.

No es nada de lo anterior lo que me ha decidido a dar el paso. Y lo es todo. Pero es, especialmente, que me veo incapaz de defender al partido ante la ciudadanía. De pedir el voto para un partido que, si actúa así con los afiliados, ¿cómo lo hará con los ciudadanos si algún día toca poder? Por todo y por nada, ya no soy de UPyD.


lunes, 12 de enero de 2015

La hora de la mayoría de edad de UPyD en Andalucía


Soy miembro del Consejo Político Andaluz de UPyD. De acuerdo con los estatutos del partido, ese órgano existe en las agrupaciones territoriales que estén formadas por más de 600 afiliados o el territorio que comprenda tenga cinco o más provincias (ambas circunstancias se dan en Andalucía), y sustituye a la asamblea territorial asumiendo sus competencias, salvo la elección del consejo territorial y del propio consejo político territorial.

Dicen nuestros estatutos que la Asamblea (y se entiende que el Consejo Político lo es al sustituir a aquélla) es el órgano máximo de la agrupación territorial y entre sus competencias se encuentra el de debatir el Informe Político y de Gestión que deberá remitir el consejo territorial. En el caso de que éste resulte rechazado por el voto en contra de al menos 2/3 de los votos emitidos, el Consejo deberá comunicarlo al Consejo de Dirección para que se proceda a convocar la elección de un nuevo consejo territorial y del político conforme a las normas estatutarias. Se exigirá un quorum mínimo de 1/3 de los miembros de la asamblea para que tenga validez esa votación.

Viene a cuento todo esto que hago de manera introductoria para explicar a continuación (pero con conocimiento de causa del lector) lo que pasó el sábado 10 de enero en la reunión del Consejo Político andaluz de UPyD. De acuerdo con lo que fijan los estatutos, el Consejo Territorial de Andalucía que dirige el Coordinador regional, Martín de la Herrán, sometió el citado informe político y de gestión del año 2014 a la consideración del Consejo Político andaluz. El resultado de dicha votación fue que sólo el 37,8 % de consejeros votó a favor del informe, siendo en contra el 51,3% y absteniéndose el 10,8%. Esos son los datos que cada cual podrá interpretar como quiera. Evidentemente no se dio el supuesto que contemplan los estatutos para que el rechazo del informe dé lugar a una convocatoria inmediata de elección de un nuevo Consejo Territorial (no votó en contra los 2/3 de los consejeros). Eso es así técnica y normativamente y no tiene discusión.

También, si se quiere empezar con el análisis político, hay que conocer que el Consejo Territorial vota en el Consejo Político (y se supone que votó a favor de su gestión) siendo los miembros de dicho órgano presentes la mitad de los que votaron a favor por lo que los consejeros del CPT sin cargo en el territorial que votaron a favor del informe fueron sólo el 18,9% de los presentes.

El descontento con la gestión es claro y palmario. Los consejeros hemos sido eco y portavoces de lo que los afiliados nos transmiten y que nosotros mismos vivimos. No estamos apartados de la realidad. Ya en el debate y votación del año pasado se hicieron las mismas reflexiones y análisis sobre la marcha del partido en Andalucía y se le dio una oportunidad al CT para que rectificara. Lamentablemente no ha sido así. Es hora pues de reflexionar por parte de todos, responsables regionales, miembros de órganos como el CPT, afiliados, la dirección nacional, etc. sobre las causas del rechazo a la gestión del Consejo Territorial y, sobre todo, cuales son los pasos que habría que dar para salir de la situación. 

Un compañero del CPT abrió en Facebook el siguiente hilo de discusión que transcribo literalmente:

“..se nos abre un abanico de posibilidades que podrían ser las siguientes:
1. Que el CT continúe como si nada ya que no se alcanzó los 2/3 de los votos en contra, cosa que sería nefasta.
2. Que el CT dimita y se forme una gestora con los que no escuchan a los afiliados y sólo están a las órdenes de Madrid, cosa que igualmente sería nefasta.
3. Que el CT continúe pero con la convocatoria de elección de un nuevo CT para el mes de junio, una vez se celebren las elecciones municipales.
4. Que el CT dimita y se forme una coordinadora con un amplio consenso de los afiliados de Andalucía que nos lleve a una convocatoria de elección del CT a la mayor brevedad y viendo la mejor oportunidad temporal.
Esperemos que de una vez se sepa administrar una crisis y sirva para fortalecer el partido y no se imponga el autoritarismo y sigamos caminando a la autodestrucción.
Está claro que algo hay que hacer. Como dice el compañero, las opciones 1 o 2 serían nefastas. Una dirección regional que se cree que debe liderar el partido en Andalucía y ejercer como tal debe leer el resultado y sacar sus propias conclusiones sin ampararse en el reglamentismo a ultranza ni en el sucursalismo de esperar a ver que nos dicen desde arriba que debemos hacer.

Las primeras reacciones que se han abierto en las redes sociales se cruzan entre reproches de los que no están de acuerdo con lo que hemos votado en el CPT, intentando deslegitimarnos, como si el voto ejercido en libertad y responsabilidad sólo valiera cuando nos es favorable, y los que, contrarios a la gestión del CT, pero desde la radicalidad, auspician por exigir dimisiones, pedir caras nuevas, etc.

Me gustaría aprovechar este espacio en el que escribo para pedir a todos generosidad, manos tendidas y capacidad de encuentro en aras de conseguir que el proyecto de UPyD en Andalucía mejore. No hay que prescindir de nadie pero hay que enderezar el camino. Y cuando digo esto lo hago desde la más absoluta libertad y convencido de que es posible que haya una vía que cuente con el máximo consenso de los afiliados y de los cargos orgánicos del partido. No podemos cruzarnos de brazos y practicar "Il dolce far niente" por parte del Coordinador y su equipo a la espera de que “Madrid” diga que hay que hacer ni la crítica destructiva sin argumentos ni propuestas que tampoco nos llevarán a nada bueno. El momento político lo requiere y los ciudadanos andaluces no perdonarán que la tercera vía política andaluza, en la que UPyD debe ser el referente, se estrelle por la inacción de unos y el desencanto frustrado de otros.

Es la hora de la mayoría de edad de UPyD en Andalucía.

viernes, 19 de diciembre de 2014

ASÍ NO


A través de los medios de comunicación he tenido conocimiento de que el portavoz de UPyD en Andalucía, Martín de la Herrán, y el coordinador local de UPyD en Cádiz, Felipe Marín, presentarán hoy viernes una denuncia en la Fiscalía provincial de Cádiz sobre el posible uso irregular de tarjetas en la Universidad de Cádiz. En el perfil público de político del coordinador territorial en Facebook, éste dice literalmente “Denunciamos gastos con tarjetas ‘black’ de la Universidad de Cádiz”.
De todos es conocido mi militancia en UPyD y que en la misma he ocupado el cargo de coordinador local de Cádiz desde los años 2008 a 2014 (febrero). Desde que dejé el puesto ninguna de las actuaciones tanto a nivel local o concernientes a otros ámbitos pero con repercusión en Cádiz me han sido comunicadas previamente ni se me ha pedido opinión previa (al igual que al resto de afiliados) por lo que son responsabilidad exclusiva de los cargos que la emiten. Obviamente, en este caso ha ocurrido lo mismo.
Hago esta aclaración previa porque quiero manifestar públicamente mi desacuerdo con las actuaciones expresadas de los dos cargos de mi partido en relación a este asunto. Considero que la finalidad de un partido político serio no debe ser ir donde están las cámaras y focos para intentar salir haciendo y diciendo lo primero que se me ocurra, sin contrastar ni tener otro elemento de juicio que unos recortes de prensa que, supongo, es lo que hoy llevarán al Fiscal el abogado de la Herrán y el hostelero Marín. Evidentemente es de todos conocido el escándalo mediático producido por este tema y el hecho de que haya tantos medios detrás hace que algunos pretendan chupar cámara o buscar un minuto mediático de gloria ante todo lo que se menee. No estoy de acuerdo con esa forma de hacerlo y lo manifiesto en uso de mi derecho a discrepar.
Todos saben también que soy empleado de la UCA. Por ello me siento profundamente consternado ante los hechos dados a conocer en las publicaciones citadas que dañan profundamente la imagen de la universidad gaditana y que, en consecuencia, trasladan a la sociedad y a la opinión pública la posible práctica de actuaciones por parte de cargos de la UCA deplorables ética y moralmente. Todo ello, redundando aún más, en una época en la que la crisis económica sacude a la sociedad en su conjunto, a las administraciones en general con los recortes y a las universidades españolas en particular.
No pongo en duda que, como ha afirmado el actual equipo de dirección de la UCA, los gastos citados hayan contado en todo momento con un procedimiento de contabilidad y control en relación con este tipo de tarjetas, que no son opacas o “black” como dice el Coordinador regional de UPyD, al ser un instrumento de pago con justificación de gasto, sometido siempre al procedimiento ordinario de control establecido para su uso. Tengo claro que un altísimo porcentaje de los gastos realizados por el citado medio tienen una justificación correspondiente con actuaciones propias al normal funcionamiento de los servicios que la universidad presta.
Y también tengo claro que la sociedad en su conjunto requiere de explicaciones menos técnicas o genéricas y que, al conocerse al detalle gastos difícilmente explicables en una gestión de recursos eficaz, eficiente y falta del uso indebido por sus gestores, deben ser lo más claras y detalladas de todos y cada uno de los mismos así como de su finalidad. El Consejo de Gobierno de la Universidad aprobó el pasado martes que se realizara el análisis pormenorizado de la aplicación de los gastos efectuados con tarjeta visa por el anterior equipo de dirección durante el período 2007-2011. Este análisis se llevará a cabo sobre los documentos que justificaron dichos pagos e importes, que se encuentran disponibles en las unidades responsables como consecuencia de la aplicación del procedimiento establecido para su contabilidad y control.
Considero que, si del conocimiento de dicha información se desprendiera que hay gastos inexplicables o que nacen de la mera voluntad del responsable del gasto pero que exceden del normal ejercicio de dicho cargo, la universidad debería requerirles a que reintegren dicho importe.
Como decía antes, un partido serio que considera que hay que regenerar la vida política de un país no puede ir al albur de unos titulares, por mucho ruido que produzcan y mucha notoriedad que pueda dar a quien se ponga detrás buscando rédito político, sin analizar ni contrastar informaciones. Y si los responsables de dichas actuaciones son los responsables del partido del carnet que llevo en mi cartera, yo no puedo permanecer callado.

Así no, Martín y Felipe.