Es uno de los cortos con un mensaje más enternecedor que he visto en los últimos tiempos. Me gusta. Y lo curioso es que lo he visto en un blog cuyo autor me da toda la caña del mundo, injustificadamente y con mucha mala baba propia y de sus acólitos. A lo mejor es que se está ablandando con la edad. Sería un buen síntoma de cara a los buenos propósitos de cada comienzo de año...
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