En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.

En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno. (Konrad Adenauer)

viernes, 12 de abril de 2013

LAS RAÍCES PODRIDAS DEL DRAGO Y EL OLVIDO DE UNA CIUDAD MILENARIA

Cádiz tiene algo de especial que hace que, de vestigios históricos o lugares emblemáticos que haya en el mundo, aquí tengamos una réplica. Ocurre con el malecón de La Habana que Carlos Cano cantara en su mítica y tantas veces repetida habanera. No fue casualidad que se eligiera el frente marítimo de La Caleta de Cádiz para suplantar las playas cubanas en la célebre película de James Bond al denegarle el permiso a la productora para rodar las autoridades de aquel país. Mérida o Taormina (en Sicilia) tienen teatros romanos que posiblemente sean similares al que se encuentra debajo del barrio del Pópulo y del que sólo se asoma una parte en el frente marítimo del Campo del Sur, barrio que, por cierto, nos puede recordar el medieval de Barcelona, por poner un ejemplo. Yo al menos así lo experimenté paseando por esas calles de la capital catalana. El enclave fenicio de la antigüedad más importante de la península ibérica fue esta Gadir cuyos hallazgos púnicos se asemejan en sobremanera a los de Tiro o Sidón en el mediterráneo oriental. Centrados en nuestra época, numerosos son los gaditanos que, por redes sociales, con fotos estupendas, se dedican a comparar nuestras alargadas playas con las de Miami o de Cancún. El árbol drago, especie subtropical, icono de las Islas Canarias (a todo excursionista peninsular lo llevan a ver el drago milenario de Icod de los Vinos) tiene numerosos hermanos gaditanos de la misma antigüedad que los canarios. Pero no busco hoy con este artículo hacer un proselitismo desmesurado ni fundirme en los brazos del chovinismo dándome golpes de pecho para terminar afirmando aquello de que no todo el mundo puede ser de Cádiz. Hago todas estas reflexiones en unos días en que hemos asistido a numerosos casos de olvido, cuando no de desprecio o de falta del necesario cuidado, de esta ciudad. Tenemos una catedral que se restauró por parte de la Junta de Andalucía, hace menos de 10 años, y cuya cúpula señera pierde su color. Existe una manifiesta decadencia que solo se puede deber a la utilización de unos azulejos de ínfima calidad para resistir en unas condiciones atmosféricas de una ciudad como Cádiz, con muchas horas de sol y con un ambiente con un alto grado de salinidad. Nada se ha hecho por parte de la Junta de Andalucía para reclamar a la empresa la restitución de los azulejos dañados. Un drago milenario, declarado BIC por la misma administración autonómica que debe cuidarlo, se pierde de manera negligente sin que nadie asuma responsabilidades políticas. El tono de nuestra exigencia viene acompañado por la pésima gestión del patrimonio de edificios emblemáticos abandonados de la Junta en la ciudad (Escuela de Náutica, Escuela de Bellas Artes, Olivillo, Tiempo Libre, Chalet de San Luís, etc.) que están convirtiéndola en un verdadero cementerio de edificios sin uso y sin mantenimiento. Para rematar, durante esta semana el Consejero de Turismo informó que la Junta de Andalucía estaba estudiando crear un paquete turístico de "ciudades milenarias" entre las que no se encontraba Cádiz. No nos quedó más remedio que mostrar nuestra sorpresa e indignación. No es comprensible que el Consejero de IU, Rodríguez, haya obviado nuestra ciudad que, no olvidemos, tiene más de 3.000 años de antigüedad. Los sesudos responsables de izquierda de la Junta demuestran con esta actitud ignorancia o desprecio hacia Cádiz. Nos parece muy positivo que se pongan estas medidas en marcha de manera coordinada, pero el olvido lamentable de nuestra ciudad, con huella de rastros fenicios, romanos, árabes, medievales, con el importante papel jugado en el constitucionalismo modernos es rechazable a todas luces. Parece que la medida se ha revisado y que Cádiz formará parte de este paquete turístico dirigido a visitantes extranjeros. Nuestra ciudad y la bahía gaditana, no olvidemos, también es muchimilenaria por el número de parados. El sector del turismo de Cádiz no podía quedar fuera de esta iniciativa. Nos da igual que la culpa sea de la Junta de Andalucía o del Ayuntamiento, como ahora afirman PSOE e IU. No podemos por más tiempo consentir que las administraciones públicas condenen a esta ciudad al olvido y a que las raíces de su despegue económico, turístico y comercial se pudran como las del drago de la Escuela de Bellas Artes lamentablemente perdido. Hago mías, para terminar, las palabras de Andrés, un buen amigo, que el día que se perdió el árbol escribía en su Facebook: “Pobre drago gaditano...en sus casi 300 años ha sobrevivido a la guerra de la independencia, a levantamientos militares, al turnismo del siglo XIX, a la revolución gloriosa, al cantón de Cádiz, a la guerra civil, a la gran explosión y a la dictadura de Franco...Pero no ha tenido huevos de sobrevivir a la Junta de Andalucía..”