Hoy me han entregado la medalla de plata de la Universidad de Cádiz por 25 años de trabajo en la misma. Este es el discurso que he dado en nombre de los 53 homenajeados.
Amigos,
compañeros y familiares que hoy nos acompañáis
Me
toca dirigiros unas palabras en nombre de los empleados de la
Universidad de Cádiz que recibimos la medalla por 25 años de
servicios.
El
pasado lunes por la tarde recibí la llamada del Director del
Gabinete del Rector comunicándome que se había decidido que fuera
yo quien realizara este pequeño discurso. Desde ese día, a la
emoción que siento desde hace ya unas semanas por el hecho de
recibir la medalla se une la preocupación por la responsabilidad de
que estas palabras reflejaran lo mejor posible el sentimiento de mis
compañeros en nombre de los que hablo, y el mío propio. Además,
por hacerlo en unos días complicados que toda la comunidad
universitaria gaditana está viviendo por circunstancias que seguro
que todos tenéis hoy en vuestras mentes. Menudo marrón me
encargaste Enrique. Pero tranquilos, creo que no haré un Pastora
Soler o un Joaquín Sabina.
Hay
dos palabras que podrían resumir lo que siento hoy: agradecimiento y
orgullo.
Agradecimiento
a todos, profesores, alumnos, personal de administración y servicios
que nos han acompañado en estos 25 años de trabajo y esfuerzo en
esta institución pública de enseñanza superior gaditana. Nos
habéis ayudado a forjar nuestra trayectoria profesional y a ser lo
que hoy, todos y cada uno de los aquí presentes, somos. Muchos aún
con nosotros y otros, lamentablemente, por ley de vida, que ya no
están. Os pediría que el aplauso que tenéis reservado para el
final de mis palabras fuera ahora para ellos.
Orgullo,
decía también, a pesar de la que está cayendo, porque todos hemos
contribuido a que hoy la Universidad de Cádiz sea lo que es, y que a
buen seguro seguirá siendo, una institución pública comprometida
con su entorno, entregada
a la generación, difusión y transferencia de conocimiento y cultura
así como
a la formación integral, a lo largo de toda la vida, de personas y profesionales.
Las características geográficas, históricas y sociales de la
provincia de
Cádiz definen nuestra estructura, singularidad y capacidad de
adaptación a los cambios
de la sociedad. Estas palabras no son mías. Es la definición de la
misión de la Universidad que encabeza el plan estratégico que hoy
debatirá este Claustro después de este acto.
Permitidme
que haga un guiño personal, para finalizar, con mis inicios en la
Universidad.
Empecé
a trabajar en el año 1986 en la UCA (hace ya 28 años) aunque estuve
3 años trabajando para el Ayuntamiento de Puerto Real razón por la
que se ha retrasado, en mi caso, esta entrega 3 años.
Era
Rector en ese momento el gran profesor y pensador Mariano Peñalver,
cuyo nombre dignifica el Código Ético y de Comportamiento de esta
casa al que todos los empleados nos debemos y que hoy ya no está con
nosotros.
Mi
primer destino fue el Colegio Mayor. En esa foto, que tengo colgada
en mi despacho, de hace 25 años se puede ver quienes fueron los que
me acompañaban en el inicio de mi singladura profesional en la UCA.
Alguien
me dijo al verla que parece una familia bien avenida. Y es verdad. En
estos 25 años la familia ha ido creciendo. No es, ni puede ser, una
familia que vive para adentro y sin relacionarse con la sociedad y
con los ciudadanos a los que estamos llamados a servir con la
docencia, la investigación y la gestión porque, entre otras cosas,
ellos nos pagan. Esa sociedad nos pide que realicemos nuestro trabajo
de la mejor forma posible con unos estandares de calidad que, estoy
seguro, seguiremos aplicando y mejorando. Haciendo Universidad.
MUCHAS
GRACIAS
Enhorabuena !!!
ResponderEliminar