Soy miembro del Consejo Político Andaluz de UPyD.
De acuerdo con los estatutos del partido, ese órgano existe en las agrupaciones territoriales que estén formadas por más
de 600 afiliados o el territorio que comprenda tenga cinco o más provincias
(ambas circunstancias se dan en Andalucía), y sustituye a la asamblea
territorial asumiendo sus competencias, salvo la elección del consejo
territorial y del propio consejo político territorial.
Dicen nuestros estatutos que la
Asamblea (y se entiende que el Consejo Político lo es al sustituir a aquélla)
es el órgano máximo de la agrupación territorial y entre sus
competencias se encuentra el de debatir el Informe Político y de Gestión que
deberá remitir el consejo territorial. En el caso de que éste resulte rechazado
por el voto en contra de al menos 2/3 de los votos emitidos, el Consejo deberá
comunicarlo al Consejo de Dirección para que se proceda a convocar la elección
de un nuevo consejo territorial y del político conforme a las normas
estatutarias. Se exigirá un quorum mínimo de 1/3 de los miembros de la asamblea
para que tenga validez esa votación.
Viene a cuento todo esto que
hago de manera introductoria para explicar a continuación (pero con
conocimiento de causa del lector) lo que pasó el sábado 10 de enero en la
reunión del Consejo Político andaluz de UPyD. De acuerdo con lo que fijan los
estatutos, el Consejo Territorial de Andalucía que dirige el Coordinador
regional, Martín de la Herrán, sometió el citado informe político y de gestión
del año 2014 a la consideración del Consejo Político andaluz. El resultado de
dicha votación fue que sólo el 37,8 % de consejeros votó a favor del informe,
siendo en contra el 51,3% y absteniéndose el 10,8%. Esos son los datos que cada
cual podrá interpretar como quiera. Evidentemente no se dio el supuesto que
contemplan los estatutos para que el rechazo del informe dé lugar a una
convocatoria inmediata de elección de un nuevo Consejo Territorial (no votó en
contra los 2/3 de los consejeros). Eso es así técnica y normativamente y no
tiene discusión.
También, si se quiere empezar
con el análisis político, hay que conocer que el Consejo Territorial vota en el
Consejo Político (y se supone que votó a favor de su gestión) siendo los
miembros de dicho órgano presentes la mitad de los que votaron a favor por lo
que los consejeros del CPT sin cargo en el territorial que votaron a
favor del informe fueron sólo el 18,9% de los presentes.
El descontento con la gestión es
claro y palmario. Los consejeros hemos sido eco y portavoces de lo que los
afiliados nos transmiten y que nosotros mismos vivimos. No estamos apartados de
la realidad. Ya en el debate y votación del año pasado se hicieron las mismas
reflexiones y análisis sobre la marcha del partido en Andalucía y se le dio una
oportunidad al CT para que rectificara. Lamentablemente no ha sido así. Es hora
pues de reflexionar por parte de todos, responsables regionales, miembros de
órganos como el CPT, afiliados, la dirección nacional, etc. sobre las causas
del rechazo a la gestión del Consejo Territorial y, sobre todo, cuales son los
pasos que habría que dar para salir de la situación.
Un compañero del CPT abrió en
Facebook el siguiente hilo de discusión que transcribo literalmente:
“..se
nos abre un abanico de posibilidades que podrían ser las siguientes:
1. Que el CT continúe como si nada ya que no se alcanzó los 2/3 de los votos en contra, cosa que sería nefasta.
1. Que el CT continúe como si nada ya que no se alcanzó los 2/3 de los votos en contra, cosa que sería nefasta.
2.
Que el CT dimita y se forme una gestora con los que no escuchan a los afiliados
y sólo están a las órdenes de Madrid, cosa que igualmente sería nefasta.
3.
Que el CT continúe pero con la convocatoria de elección de un nuevo CT para el mes de junio,
una vez se celebren las elecciones municipales.
4.
Que el CT dimita y se forme una coordinadora con un amplio consenso de los
afiliados de Andalucía que nos lleve a una convocatoria de elección del CT a la
mayor brevedad y viendo la mejor oportunidad temporal.
Esperemos
que de una vez se sepa administrar una crisis y sirva para fortalecer el
partido y no se imponga el autoritarismo y sigamos caminando a la
autodestrucción.”
Está claro que algo hay que
hacer. Como dice el compañero, las opciones 1 o 2 serían nefastas. Una
dirección regional que se cree que debe liderar el partido en Andalucía y
ejercer como tal debe leer el resultado y sacar sus propias conclusiones sin
ampararse en el reglamentismo a ultranza ni en el sucursalismo de esperar a ver
que nos dicen desde arriba que debemos hacer.
Las primeras reacciones que se
han abierto en las redes sociales se cruzan entre reproches de los que no están
de acuerdo con lo que hemos votado en el CPT, intentando deslegitimarnos, como
si el voto ejercido en libertad y responsabilidad sólo valiera cuando nos es
favorable, y los que, contrarios a la gestión del CT, pero desde la
radicalidad, auspician por exigir dimisiones, pedir caras nuevas, etc.
Me gustaría aprovechar este
espacio en el que escribo para pedir a todos generosidad, manos tendidas y
capacidad de encuentro en aras de conseguir que el proyecto de UPyD en
Andalucía mejore. No hay que prescindir de nadie pero hay que enderezar el
camino. Y cuando digo esto lo hago desde la más absoluta libertad y convencido
de que es posible que haya una vía que cuente con el máximo consenso de los
afiliados y de los cargos orgánicos del partido. No podemos cruzarnos de brazos
y practicar "Il dolce far niente" por parte del
Coordinador y su equipo a la espera de que “Madrid” diga que hay que hacer ni
la crítica destructiva sin argumentos ni propuestas que tampoco nos llevarán a
nada bueno. El momento político lo requiere y los ciudadanos andaluces no
perdonarán que la tercera vía política andaluza, en la que UPyD debe ser el
referente, se estrelle por la inacción de unos y el desencanto frustrado de
otros.
Es la hora de la mayoría de edad
de UPyD en Andalucía.