En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.

En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno. (Konrad Adenauer)

viernes, 19 de diciembre de 2014

ASÍ NO


A través de los medios de comunicación he tenido conocimiento de que el portavoz de UPyD en Andalucía, Martín de la Herrán, y el coordinador local de UPyD en Cádiz, Felipe Marín, presentarán hoy viernes una denuncia en la Fiscalía provincial de Cádiz sobre el posible uso irregular de tarjetas en la Universidad de Cádiz. En el perfil público de político del coordinador territorial en Facebook, éste dice literalmente “Denunciamos gastos con tarjetas ‘black’ de la Universidad de Cádiz”.
De todos es conocido mi militancia en UPyD y que en la misma he ocupado el cargo de coordinador local de Cádiz desde los años 2008 a 2014 (febrero). Desde que dejé el puesto ninguna de las actuaciones tanto a nivel local o concernientes a otros ámbitos pero con repercusión en Cádiz me han sido comunicadas previamente ni se me ha pedido opinión previa (al igual que al resto de afiliados) por lo que son responsabilidad exclusiva de los cargos que la emiten. Obviamente, en este caso ha ocurrido lo mismo.
Hago esta aclaración previa porque quiero manifestar públicamente mi desacuerdo con las actuaciones expresadas de los dos cargos de mi partido en relación a este asunto. Considero que la finalidad de un partido político serio no debe ser ir donde están las cámaras y focos para intentar salir haciendo y diciendo lo primero que se me ocurra, sin contrastar ni tener otro elemento de juicio que unos recortes de prensa que, supongo, es lo que hoy llevarán al Fiscal el abogado de la Herrán y el hostelero Marín. Evidentemente es de todos conocido el escándalo mediático producido por este tema y el hecho de que haya tantos medios detrás hace que algunos pretendan chupar cámara o buscar un minuto mediático de gloria ante todo lo que se menee. No estoy de acuerdo con esa forma de hacerlo y lo manifiesto en uso de mi derecho a discrepar.
Todos saben también que soy empleado de la UCA. Por ello me siento profundamente consternado ante los hechos dados a conocer en las publicaciones citadas que dañan profundamente la imagen de la universidad gaditana y que, en consecuencia, trasladan a la sociedad y a la opinión pública la posible práctica de actuaciones por parte de cargos de la UCA deplorables ética y moralmente. Todo ello, redundando aún más, en una época en la que la crisis económica sacude a la sociedad en su conjunto, a las administraciones en general con los recortes y a las universidades españolas en particular.
No pongo en duda que, como ha afirmado el actual equipo de dirección de la UCA, los gastos citados hayan contado en todo momento con un procedimiento de contabilidad y control en relación con este tipo de tarjetas, que no son opacas o “black” como dice el Coordinador regional de UPyD, al ser un instrumento de pago con justificación de gasto, sometido siempre al procedimiento ordinario de control establecido para su uso. Tengo claro que un altísimo porcentaje de los gastos realizados por el citado medio tienen una justificación correspondiente con actuaciones propias al normal funcionamiento de los servicios que la universidad presta.
Y también tengo claro que la sociedad en su conjunto requiere de explicaciones menos técnicas o genéricas y que, al conocerse al detalle gastos difícilmente explicables en una gestión de recursos eficaz, eficiente y falta del uso indebido por sus gestores, deben ser lo más claras y detalladas de todos y cada uno de los mismos así como de su finalidad. El Consejo de Gobierno de la Universidad aprobó el pasado martes que se realizara el análisis pormenorizado de la aplicación de los gastos efectuados con tarjeta visa por el anterior equipo de dirección durante el período 2007-2011. Este análisis se llevará a cabo sobre los documentos que justificaron dichos pagos e importes, que se encuentran disponibles en las unidades responsables como consecuencia de la aplicación del procedimiento establecido para su contabilidad y control.
Considero que, si del conocimiento de dicha información se desprendiera que hay gastos inexplicables o que nacen de la mera voluntad del responsable del gasto pero que exceden del normal ejercicio de dicho cargo, la universidad debería requerirles a que reintegren dicho importe.
Como decía antes, un partido serio que considera que hay que regenerar la vida política de un país no puede ir al albur de unos titulares, por mucho ruido que produzcan y mucha notoriedad que pueda dar a quien se ponga detrás buscando rédito político, sin analizar ni contrastar informaciones. Y si los responsables de dichas actuaciones son los responsables del partido del carnet que llevo en mi cartera, yo no puedo permanecer callado.

Así no, Martín y Felipe.

jueves, 18 de diciembre de 2014

AGRADECIMIENTO Y ORGULLO

Hoy me han entregado la medalla de plata de la Universidad de Cádiz por 25 años de trabajo en la misma. Este es el discurso que he dado en nombre de los 53 homenajeados.




Amigos, compañeros y familiares que hoy nos acompañáis

Me toca dirigiros unas palabras en nombre de los empleados de la Universidad de Cádiz que recibimos la medalla por 25 años de servicios.

El pasado lunes por la tarde recibí la llamada del Director del Gabinete del Rector comunicándome que se había decidido que fuera yo quien realizara este pequeño discurso. Desde ese día, a la emoción que siento desde hace ya unas semanas por el hecho de recibir la medalla se une la preocupación por la responsabilidad de que estas palabras reflejaran lo mejor posible el sentimiento de mis compañeros en nombre de los que hablo, y el mío propio. Además, por hacerlo en unos días complicados que toda la comunidad universitaria gaditana está viviendo por circunstancias que seguro que todos tenéis hoy en vuestras mentes. Menudo marrón me encargaste Enrique. Pero tranquilos, creo que no haré un Pastora Soler o un Joaquín Sabina.

Hay dos palabras que podrían resumir lo que siento hoy: agradecimiento y orgullo.

Agradecimiento a todos, profesores, alumnos, personal de administración y servicios que nos han acompañado en estos 25 años de trabajo y esfuerzo en esta institución pública de enseñanza superior gaditana. Nos habéis ayudado a forjar nuestra trayectoria profesional y a ser lo que hoy, todos y cada uno de los aquí presentes, somos. Muchos aún con nosotros y otros, lamentablemente, por ley de vida, que ya no están. Os pediría que el aplauso que tenéis reservado para el final de mis palabras fuera ahora para ellos.

Orgullo, decía también, a pesar de la que está cayendo, porque todos hemos contribuido a que hoy la Universidad de Cádiz sea lo que es, y que a buen seguro seguirá siendo, una institución pública comprometida con su entorno, entregada a la generación, difusión y transferencia de conocimiento y cultura así como a la formación integral, a lo largo de toda la vida, de personas y profesionales. Las características geográficas, históricas y sociales de la provincia de Cádiz definen nuestra estructura, singularidad y capacidad de adaptación a los cambios de la sociedad. Estas palabras no son mías. Es la definición de la misión de la Universidad que encabeza el plan estratégico que hoy debatirá este Claustro después de este acto.

Permitidme que haga un guiño personal, para finalizar, con mis inicios en la Universidad.
Empecé a trabajar en el año 1986 en la UCA (hace ya 28 años) aunque estuve 3 años trabajando para el Ayuntamiento de Puerto Real razón por la que se ha retrasado, en mi caso, esta entrega 3 años.

Era Rector en ese momento el gran profesor y pensador Mariano Peñalver, cuyo nombre dignifica el Código Ético y de Comportamiento de esta casa al que todos los empleados nos debemos y que hoy ya no está con nosotros.


Mi primer destino fue el Colegio Mayor. En esa foto, que tengo colgada en mi despacho, de hace 25 años se puede ver quienes fueron los que me acompañaban en el inicio de mi singladura profesional en la UCA.
Alguien me dijo al verla que parece una familia bien avenida. Y es verdad. En estos 25 años la familia ha ido creciendo. No es, ni puede ser, una familia que vive para adentro y sin relacionarse con la sociedad y con los ciudadanos a los que estamos llamados a servir con la docencia, la investigación y la gestión porque, entre otras cosas, ellos nos pagan. Esa sociedad nos pide que realicemos nuestro trabajo de la mejor forma posible con unos estandares de calidad que, estoy seguro, seguiremos aplicando y mejorando. Haciendo Universidad.





MUCHAS GRACIAS