En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.

En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno. (Konrad Adenauer)

sábado, 9 de marzo de 2013

¿LA ELECCIÓN DE LOS MEJORES? UNA CARTA Y UNA RESPUESTA

Ya he dicho en alguna ocasión que el descrédito de la “clase política” tiene su raíz en los filtros inexistentes y en las formas en que se configuran los núcleos de poder en los partidos y su posterior plasmación en el nombramiento de los cargos públicos. La ley de hierro de las oligarquías de los partidos políticos que formulara el sociólogo alemán Robert Michels describía la situación cuando afirmaba que toda organización se vuelve oligárquica y los partidos políticos también. Sus líderes buscarán incrementar o mantener su poder, a cualquier precio, incluso olvidando sus viejos ideales. Y es ahí donde entran a jugar su papel los analfabetos y los golfos en los partidos políticos que se convierten en sustento de la oligarquía. Ocurre algunas veces que anónimos ciudadanos nos escriben a los responsables de partidos políticos con sus peticiones, propuestas, etc. Hoy quiero hacerme eco del escrito que me remitió hace un tiempo un ciudadano de la provincia de Cádiz y la respuesta que le di. Me llamo E.M. Tengo 34 años, soy maestro y me he tomado la licencia de escribirle este mail para contarle algo relacionado con el Parlamento Andaluz y con sus Parlamentarios y Parlamentarias. Siempre me ha gustado lo relacionado con la política, lo relacionado con la labor que “debe” realizar cualquier persona que se dedique a la política, independientemente de las siglas, colores o ideales que defienda. A pesar de este interés, nunca he podido dedicarme a ello, primero por sacar la carrera y trabajar (mi padre en paro), luego las oposiciones, y luego el propio trabajo y la familia. Y fue en mi primer año trabajando de maestro, en un centro de adultos donde se me destinó, cuando realmente di verdadera importancia a todo lo que he mencionado con anterioridad. Le explico: Fuimos a una excursión al Parlamento, y cuando el guía que nos acompañaba nos llevó a esa enorme sala, y empezó a explicarnos dónde se sentaba el Presidente, dónde se sentaban cada uno de los Parlamentarios, lo que se realizaba y se decidía dentro de aquellas paredes, todo cobró relevancia. Pero (y realmente éste es el motivo de esta carta) hubo algo que hizo que, desde ese momento tuviera una espinita clavada con respecto a la forma de acceder al Parlamento. Casi al finalizar la visita, el guía se interesó por mi acento, que, evidentemente, no es sevillano, y le resultaba familiar. Al responderle de donde era sonrió y me dijo: que igual que la parlamentaria…Que un guía conociera a mi paisana me dejó intrigado y le pregunté al respecto. En ese momento, se me cayeron, como se dice vulgarmente, “los palos del sombrajo”. Me lleva un poco aparte y me pregunta en voz queda si a esta mujer le escriben lo que debe decir cuando interviene en el Parlamento y que muchas personas no entienden cómo personas como ella están donde están, y que él está seguro de que si no fuese por la paridad o por llevar tiempo en su partido o favores que hay que pagar, esta señora no hubiera accedido nunca al Parlamento. No supe qué contesta .y me dolió que alguien pensara así de una paisana mía que había logrado llegar a desempeñar una labor tan importante, aunque bien es verdad que sí había oído comentarios parecidos en mi localidad. El problema es que, tiempo después, he podido conocer a varios Parlamentarios y Parlamentarias andaluces, y he de decir que estoy muy decepcionado, porque el comentario de ese guía, desgraciadamente, no estaba lejos de ser verdad en algunos de los casos que conozco (no todos, evidentemente). La política local sustenta, sin quererlo, demasiados intereses y personas que sólo buscan un cargo para ganar dinero, partidos que “recolocan” a pésimos mandatarios/ediles,con nefasta gestión. le rogaría que, en la medida de lo posible, trabajase para que los candidatos/as de su Partido sean personas honestas, honradas, con ganas increíbles de servi., sin tener que recurrir a “devolución de favores”, antigüedad en las siglas o “ascensos no merecidos”. Creo firmemente que un político debe tener una mínima formación y un bagaje laboral de cierto peso, para no tener que depender de la política para cobrar un sueldo. En ese caso, por experiencias vivida demasiado cercanas, las personas que no tienen nada se venden, se compran y acaban actuando por intereses personales, y no para servir a su pueblo o a su Comunidad. En una minoría, pero no podemos, en la coyuntura actual, permitirnos que en nuestro Parlamento haya siguiera una persona que no asuma sobre sus hombros la responsabilidad del cargo que ostenta, que no le dé la relevancia que merece, y que esté ocupando un lugar que sin duda alguna otra persona ocuparía con entusiasmo y absoluta dedicación. Y repito que considero que ese tipo de Parlamentarios, responsables y con vocación, son, imagino, la mayoría, pero pasa igual que en las demás profesiones: Si una minoría no cumple se generaliza al resto de la profesión. Esta fue mi respuesta: Estimado amigo. He leído con detenimiento su escrito y suscribo plenamente todo lo que comenta en él. Esos motivos son los que me impulsaron a entrar en el año 2008 en UPyD, en el que sigo con la ilusión de conseguir las metas para nuestra denostada política que me indica. Nuestro partido elige en primarias a nuestros candidatos y no tenga duda que los afiliados de UPyD elegiremos ese tipo de candidatos por la sencilla razón que las personas que militamos en UPyD actuamos desinteresadamente en aras de una regeneración democrática a la que le invito a participar con su apoyo, su voz y su paso al frente, si así lo desea, integrándose en nuestro proyecto político.